Pensando en cuál será mi próximo artículo, me detuve a pensar y observar lo que me sucedió en los últimos días.
Una simple herida se convirtió en una curación médica de un par de horas, seguido de un dolor insoportable en el dedo pulgar derecho, tomar dos pastillas para el dolor, mirar el dedo con una hinchazón terrible y con el miedo que se vuelva a infectar, escribir y trabajar con un dedo menos, dejar de lavar platos y arreglar la casa, sentir el dolor y ver pasar los días y las horas sin que se cure tan rápido como esperaba, sentir la impotencia de no poder hacer las cosas con la normalidad del día a día, despertarme por la madrugada del dolor, enviarle al médico al menos dos fotos para conocer el estado actual, empezar a tomar antibióticos porque la herida no sana y hacer nuevamente, otra curación porque sigue un poco de pus. Además, sin poder firmar documentos ni comer con normalidad.
En fin, todo el tiempo invertido en algo tan pequeño que se hizo un bola de nieve. Si hago retrospectiva de mi descuido involuntario y afortunado, ya que me permitió escribir este artículo, puedo hacer una lista del tiempo gastado e imposible de recuperar.
La interpretación de los datos anteriores se resume en $48 USD en gastos médicos y más de 17 días en tratar de sanar una infección menor, se podría decir, que es un costo razonable, sin embargo, si analizamos las actividades que dejé de realizar y su costo aproximado, tenemos un total de $346 USD y 19 días de actividades que pospuse o tuve que realizar en un horario diferente al horario laboral y lo más importante y quizás decepcionante, el tiempo es lo único que no regresa.
Reflexión
Mi manera de ser y ayuda médica me hizo reflexionar sobre esta situación tan pequeña y auto-cuestionarme ¿por qué llegué a este extremo? Mi respuesta fue: estuve enfocada en otras cosas “más importantes” porque seguro se sana con el tiempo, si es una herida tan pequeña, tranquila, todo va a estar bien.
Esta situación me recuerda que muchas veces se convierte en una regla el dejar pasar situaciones tan pequeñas, pensando que con el tiempo se arreglará, en lugar de empezar a cambiar el mismo instante que inicia el dolor. A veces nos cuesta mirar alrededor y reconocer que algo está mal y que debemos cambiar inmediatamente.
Pues bien, estas situaciones suceden muy a menudo, en nuestros hogares y lugares de trabajo.
Al igual que una herida pequeña que con el tiempo puede crecer como una bola de nieve, las empresas se olvidan que necesitan cambios profundos y que un apoyo externo puede ser lo más acertado ya que ver el problema desde afuera del problema, se puede observar y palpar la cruda realidad y cuáles son las mejoras reales a implementar durante el proceso de implementación de metodologías ágiles o como lo hemos llamado en ATI Consultores el proceso de Transformación “Lean-Agile”.
Aquí surge la pregunta ¿Cómo esperamos que nuestra empresa sea digital cuando los gerentes, líderes, CEOs, VPs, presidentes y dueños continúan con el mismo pensamiento? Si quiero una transformación digital, debo empezar por las personas, es decir, la cultura organizacional.
La Transformación “Lean-Agile” nos permite empezar los cambios profundos por el cambio en la cultura organizacional y permite a las empresas desarrollar la entrega continua de soluciones empresariales innovadoras, ofreciendo resultados comerciales a los clientes con una mayor calidad, reducción de costos y tiempos, e incremento de la productividad, de tal manera, que tu inversión sea rentable.
Mi dedo pulgar derecho, representa la base de una transformación que es cambiar la mentalidad, la base de la agilidad, empezar por las bases nos permitirá tener un proceso de transformación más limpio y quizás más rápido.
Siempre te preguntan ¿cuánto tiempo tarda una transformación ágil? Fácil, el tiempo en que todas las personas de la organización se sumen al cambio y al decir todas, me refiero desde los dueños hasta el personal administrativo, técnico, es decir, todos los empleados.
Por obvias razones, si existe resistencia al cambio, el único efecto seguro será que tardará muchísimo tiempo, similar a mi descuido de la infección de mi dedo pulgar.
Nuevamente, volvemos al valor “Individuos e interacciones sobre procesos y herramientas”.
Conclusiones
Cuando inicia un proceso de transformación ágil o como lo llamamos en ATI Consultores Transformación “Lean-Agile”, existen personas que se resisten al cambio y se pueden convertir en un tropiezo en lugar de una ayuda ya que a todos nos saca de nuestra zona de confort y nuestra manera tradicional de trabajar.
Por otro lado, a muchas empresas les cuesta reconocer que necesitan de ayuda externa y mucho más en estos días, a pesar que la pandemia logró abrir el mercado de la tecnología y expandir fronteras, parecería que pocas personas o empresas realmente cambiaron con esta situación.
Mientras más tarden las empresas en sumarse a la Transformación “Lean-Agile”, más tiempo y dinero les costará el cambio, similar al gasto que dejé de percibir por una herida pequeña que fueron $346 USD y 19 días de retraso en actividades planificadas.
Ahora imaginen el mismo escenario en una empresa, seguro pueden llegar a gastar miles y millones de dólares al año y que pueden representar una pérdida en lugar de una ganancia.
Si quieres sumarte al cambio, aquí te dejamos más información sobre nuestro servicio Transformación “Lean-Agile”.
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Recuerda que el mundo se aceleró exponencialmente con la pandemia. Anímate y practica el pensamiento ágil (Agile Mindset) en tu vida.
“Si cambias la forma de ver al mundo, el mundo cambia”
Sandra Mejía
CEO ATI Consultores
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